No todos los poemas son de amor
Por: Jimena Peña Martínez
Paulina Méndez Herrera
María Fernanda Peña Espíndola
Alumnas de 3er grado en Secundaria
www.cmg.edu.mx
Paulina Méndez Herrera
María Fernanda Peña Espíndola
Alumnas de 3er grado en Secundaria
www.cmg.edu.mx
Al escuchar la palabra “poema” generalmente se
piensa en algo relacionado con el amor, ya sea la mejor historia de amor, el
recuerdo de un viejo amante o hasta el despecho de un fiel enamorado; pero la
poesía es mucho más que eso, no es sólo describir un sentimiento amoroso, es
una vía en la cual podemos expresar todo tipo de sentimientos como: ira,
desesperación, impotencia, hasta la misma soledad.
La poesía es también un camino para plasmar
nuestras ideas o puntos de vista acerca de la vida, reflexionar sobre nuestro
pasado, pensar o imaginar algún plan a futuro e incluso arrepentirnos de
decisiones tomadas para crear lo que es nuestro presente.
Algunas de estas reflexiones nos pueden ayudar a
superar problemas y nos sacan adelante, mientras que otras pueden convertirse
en una carga y hundirnos cada vez más, sin embargo todas y cada una de ellas
nos demuestran que sin importar el tema de cada verso siempre dejarán huella.
Y para dar muestra de que “no todos los poemas
son de amor”, les presentamos algunos en los cuales sus autores reflexionan
sobre su vida, sobre que les hubiera gustado hacer; sobre cosas que hicieron y
sobre cosas que dejaron de hacer. Las poetisas y poetas aquí incluidos utilizaron
esta manera para sobrevivir a su realidad; esperamos que sus composiciones
poéticas te ayuden a descubrir que la poesía no solo habla de amor, y tal vez,
te sientas identificado con alguno de ellos.
Arte poética
Vicente
Huidobro
Que
el verso sea como una llave
que
abra mil puertas.
Una
hoja cae. Algo pasa volando
Cuanto
miren los ojos creado sea
y
el alma del oyente quede temblando.
Inventa
mundos nuevos y cuida tu palabra
el
adjetivo cuando no da vida, mata.
Estamos
en el ciclo de los nervios
el
músculo cuelga
como
recuerdo, en los museos.
Mas
no por eso tenemos menos fuerza.
El
vigor verdadero
reside
en la cabeza.
Por
qué cantáis la rosa ¡oh poetas!
Hacedle
florecer en el poema.
Sólo
para nosotros
viven
todas las cosas bajo el sol.
El
poeta es un pequeño dios.
Para entonces
Manuel Gutiérrez Nájera
Quiero morir cuando decline el día,
en alta mar y con la cara al cielo, donde parezca sueño la agonía, y el alma, un ave que remonta el vuelo.
No escuchar los últimos instantes,
ya con el cielo y con el mar a solas, más voces ni plegarias sollozantes que el majestuoso tumbo de las olas.
Morir cuando la luz, triste, retira
sus áureas redes de la onda verde, y ser como ese sol que lento expira: algo muy luminoso que se pierde.
Morir, y joven: antes que destruya
el tiempo aleve la gentil corona; cuando la vida dice aún: soy tuya, aunque sepamos bien que nos traiciona. |