sábado, 25 de febrero de 2017

Límites y normas

Fragmentos de la "Guía práctica para Padres y Profesionales"
Límites y Normas
      

  ¿Te has preguntado sobre los límites y las normas?, ¿es apropiado ejercerlas en la convivencia familiar?, ¿para qué son necesarios esos elementos en el diario vivir?. Empecemos a dar respuestas a estas preguntas de acuerdo a las investigaciones y experiencias que ha tenido la educadora argentina Sonia Cuzi.

Cuzi sostiene que: Un límite le dice al niño: “Hasta aquí puedes llegar.  Más allá no”.
La norma es la forma en que se traducen los límites en la práctica

Límites.

Los límites proporcionan seguridad al niño para enfrentarse al mundo. Los niños y jóvenes son seres muy expansivos y necesitan que una autoridad energética (papá, mamá, docente) les indique hasta dónde puede  llegar. “Los límites generan seguridad psico-física y protección al niño porque sabe quién está al mando y con quién   puede contar para que lo guíe en su aprendizaje”.  Son las “formas” de enseñarles a nuestros hijos a manejar su propia energía en este plano (emociones, cuerpo y mente); traen un gran caudal de energía y si no les enseñamos que hasta “aquí” pueden llegar pues no registrarán cuál es el límite y pueden dañarse o dañar a los demás.

Vivimos en un mundo de formas y estructuras, en el cual ellos necesitan adaptarse de alguna manera para poder vivir en este plano.  Muchos padres permisivos creen que ponerles límites firmes no es apropiado, y establecen una forma errónea donde el niño se extralimita y se convierte en un manipulador de sus propios educadores.
Crecen volviéndose pequeños tiranos sin desarrollar la Compasión ni la Empatía, ya que han aprendido que todo se hace como él/ella quiere y que siempre ganarán y tendrán la razón.
Se observarán patrones de soberbia y cero tolerancia a perder algo o a alguien, en sus emociones veremos que no “miden” el dolor del otro porque no han aprendido que los actos y las palabras a veces hieren al “otro”.

El gran secreto es colocar  límites amorosos,  firmes,  coherentes y sostenidos.
  • Amorosos: Son los límites que los adultos colocarán desde el amor, por el bien de su hijo, así sean difíciles.
  • Firmes: significan claros y contundentes, con un fundamento correcto sobre la situación vivida.
  • Coherentes: con las normas generales ya habladas, y congruentes con el comportamiento de los adultos. Por ejemplo: no se les puede exigir respeto cuando el adulto lo único que hace es gritar y maltratar y se desequilibra fácilmente saliéndose de control.
  • Sostenidos: es no cambiar de parecer, pues si ya se ha hablado y tomado la resolución del conflicto, lo más apropiado es sostenerla y mantenerla.
Los Límites enseñan “Hasta Aquí Puedes Llegar…Más Allá Estarás Dañando o Dañándote”…. que  la libertad termina donde comienza el otro, que el “otro” re- acciona de acuerdo a la acción generada por parte de él.  Mostrarles el límite es muy beneficioso,  les ayudan a aprender el autocontrol, a soportar la intolerancia y la frustración. 
También aprenden con los límites, el respeto y comprensión por la energía del otro en sus formas emocionales de expresión, pensamientos y acciones. De esta manera adquieren el indispensable atributo de la  COMPASIÓN  hacia las personas que tienen otro ritmo en su evolución.
Los límites sanos impuesto por los padres demuestran respeto hacia quienes los están educando, y así, crecen seguros porque quienes los guían son seres “coherentes”, les ayudan a ser responsables y a manifestar el propósito.
Con los límites los niños y adolescentes aprenden a respetar a sus guías-padres y obedecen cuando saben que es para su bien.

  • Las normas

Las normas marcan la organización necesaria para que una familia y, cualquier otra forma de convivencia funcionen y cada familia establece sus propias normas.

Las normas son los acuerdos que deben hacerse en una familia o en una institución, son las reglas fundamentales a seguir para que exista orden y armonía. Para establecer las normas del hogar los padres y/o las personas que viven en el mismo ambiente deben de estar de acuerdo para cumplirlas, por ejemplo: "todos nos sentaremos a la mesa a cenar", "los niños se dormirán antes de las 22hs", "no prenderemos el TV mientras comemos", etc.
  Las normas las acuerdan los adultos pero con la participación de los hijos a medida que van creciendo. Es fundamental el acuerdo de las partes, ya que si uno de los adultos no las cumple, pues comienza a generarse incoherencia, y cuando se produce este quiebre, es allí donde los hijos comienzan a manipular.
 
  Cortesía de Sonia Cuzi.





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