domingo, 16 de diciembre de 2018

Cómo superar el miedo a no ser buenos padres.

Una de las realidades cuando uno se convierte en padre o madre es que comienza a tener preocupaciones que quizás no pensaba que tendría. Muchos expresan que desde que su hijo nace, nunca pierden esa inquietud aunque va cambiando conforme el niño va creciendo.

Durante la infancia, los padres tenemos miedos relacionados con la alimentación, con la salud física, con la forma con la que gestionamos las rabietas, con los primeros años en el ámbito escolar… Tenemos miedo a no ser unos buenos padres.

Ser padres conlleva desarrollar la paciencia y la creatividad. Implica saber escuchar para poder dar la respuesta que el niño necesita en ese momento.

Poder escuchar lo que nuestros hijos necesitan y ponerle palabras a su estado emocional ayuda a calmarlos. Cuando se sienten comprendidos, suele ser todo más fácil. Escuchar cómo está nuestro hijo o qué necesita, es mucho más práctico: se sentirá comprendido y sentirá que nos importa, entenderá que pase lo que pase, aunque muestre su peor versión, le queremos. Tenemos la oportunidad de mostrarle por qué hay comportamientos que no ha de repetir y de qué forma nunca conseguirá las cosas, pero siempre desde la aceptación y el cariño.

Podrá comprobar que no tiene que  ser perfecto, pero que puede mostrar su carácter, usar diferentes situaciones para validar su fuerza y  su persona.

 Nosotros como adultos entenderemos que estas situaciones son las que van a hacer que tanto nuestro hijo como nosotros, crezcamos interiormente, gracias a la gestión de estos momentos de frustración y de comprensión de las emociones del otro.

Pero esto no funciona si se hace solo una vez. Ha de entenderse como una forma de educar, casi de comprender la vida. De estar ahí para el otro como necesitaríamos que estuvieran para nosotros.

A los niños sólo se les cae el primer diente una vez, sólo cumplen cuatro años un día, sólo son los héroes que ganan el juego definitivo del año en una determinada ocasión y si no estuvimos presentes en esa oportunidad será imposible hacerlo después. Brindarles tiempo de calidad es clave, a pesar del trabajo, las responsabilidades diarias y el cansancio.

Ser buenos padres, es una tarea difícil y diaria, pero con amor, paciencia y apertura, podremos acercarnos a nuestros hijos y conseguir tener una buena relación con ellos, formándolos desde el amor y los valores.

El Colegio Mahatma Gandhi, hace estas recomendaciones, a manera de apoyo a su comunidad, con el fin de facilitar, en conjunto con su educación, para ser buenos padres y formar buenos hijos y personas.






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